Fuente 5: Thomas Hobbes (1588_1679).
Es verdad que algunas criaturas vivas, como las abejas y
las hormigas, viven en sociedad (y son por ello enumeradas por Aristóteles
entre las criaturas políticas); y, sin embargo, no tienen otra dirección que
sus juicios y apetitos concretos, y no poseen la palabra que podría ser
ventajoso para el beneficio común. Por eso, quizá algunos quieran saber porqué
el género humano no puede hacer lo mismo. Respondo.
Primero, porque los hombres están continuamente en
competición por el honor y por la dignidad, lo que no sucede entre estas
criaturas. En consecuencia, entre los hombres surgen, sobre esos fundamentos,
la envidia y el odio y, en fin, la guerra; entre aquéllos, en cambio, no es
así. Segundo, porque entre estas criaturas el bien común no difiere del
privado, y siendo ellas por naturaleza propensa a su bien privado, procuran con
éste el beneficio común. Pero el gozo del hombre consiste en compararse con los
otros hombres. Tercero, porque estas criaturas, no teniendo (como el hombre) el
uso de la razón, no ven ni creen ver culpa alguna en la administración de sus asuntos comunes, mientras que entre
los hombres hay muchísimos que piensan que son más sabios. …
En fin, porque el acuerdo entre estas criaturas es
natural, mientras que el que existe entre los hombres es solo por pacto y
artificial. (…)
Hobbes, al igual que Locke y otros filósofos políticos
señalan que las sociedades se basan en pactos o contratos (idea que subyace
hasta la actualidad en cierta medida).
Para Hobbes el absolutismo se basa en la indivisibilidad del poder
soberano, la obediencia de los súbditos, la superioridad del Estado frente a la
ley, y la prohibición del tiranicidio.
Dice Hobbes: “
La
única vía para erigir un poder común capaz de defender los hombres de la
agresión extranjera y de las injurias recíprocas, y capaz con ello de
preservarles de tal modo que con la propia industria y con los frutos de la
tierra puedan nutrirse y vivir satisfechos, es la de conferir todos sus poderes
y toda su fuerza a un hombre o a una asamblea de hombres…”. Sigue: “Esto es más que el consenso y
que la concordia; es una unidad real de todos ellos en una sola y misma
persona, realizando con el pacto de cada otro: yo autorizo y cedo mi derecho de
gobernarme a mí mismo a este hombre, o a esta asamblea de hombres, con esta
condición: que tú le cedas tu derecho y autorices todas sus acciones del mismo
modo. … En esto consiste la esencia del Estado, que (si se quiere definir) es
una persona de cuyos actos cda miembro de una gran multitud, con pacto
recíprocos el uno con relación al otro y viceversa, se ha hecho autor, con el
fin de que ella pueda usar la fuerza y los medios de todos como piense que sea
ventajoso para la paz y la defensa común.”
1: ¿Qué concepción tiene del hombre?
2: ¿Del Estado?
3: ¿Para qué sirve el contrato?
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